Era tan hermosa, la mas bella, solia nadar con sus hermanas tan bellas como ella, pero ella tenia algo especial, una luz, un encanto que hacia que su alma te llamase mas que sus labios, era feliz en el mar...Cantaba y cantaba y los pajaros se callaban solo para escucharla, mientras que los delfines bailaban al ritmo de su voz. Hasta los angeles se paraban a escucharla incluso dejaban sus arpas para que no se escuchara otro sonido que n fuera su voz de oro. Jamas aspiro a nada mas que cantar , ser feliz...y nadar, nadar por los mares y ser libre, mas el corazon algunas veces te traiciona y te manda mensajes errados por el destino , la mente se nubla y la razon muere, y ella murio...
Murio por amor, por que ella cantaba dia a dia en su asiento de piedra, le observaba le veia con su sonrisa limpia , y tan solo aspiraba a poderlo tocar, decirle que ella existia, mas el no se daba cuenta, la castigaba con golpes de ignorancia y gritos de silencio. Los dias pasaban y ella seguia cantando, oculta, el jamas podia verla,pero la escuchaba, la llamaba y a si atraves de los cantos melodiosos se conocieron
Dia tras dia, el cada noche cuando la luna los saludaba, se sentaba a escucharla, ella tan hermosa dia a dia se acercaba mas a el para que la escuchara mejor, para que no se perdiera ni una sola palabra, sus canciones hablaban de amor, de dolor, de luz...de sombras, y sobretodo hablanban de el, pero el no lo sabia, jamas se identifico. Jamas vio en las canciones de la muchacha al ser que ella describia, jamas vio a ese ser hermoso en su sencillez, a ese ser con quien ella deseaba dia a dia salir a ver la luna, el amor al que ella queria cantarle toda su vida.
Feliz un dia el joven llego con la mayor de las sonrisas y pidio a la bella voz que lo felicitara, por que la muchacha mas hermosa habia aceptado casarse con el, unirse a el...ese dia las canciones fueron mas tristes y temblorosas que nunca...
Pasaron los dias, los meses y los años y ella seguia sentandose en su asiento de piedra, sobre los corales, cantaba y cantaba, pero ya nadie la escuchaba, dicen que el joven pescador , al casarse, se olvido de ir un dia y despues otro y otro...hasta que jamas volvio , mientras que ella sirena triste, sirena que de tan bella paso a ser temida. Los marineros decian que era un alma en pena...un alma viva...
No le importaba, ella cada dia volvia a cantar a la misma hora y en el mismo lugar, cuando la luna la saludaba, ella cantaba y asi pasaron mas de veinte años...y ella seguia cantando, todos hablaban de la voz que cantaba...de la hermosa mujer que se escondia tras esa voz, mas ella solo espera, pero la espera fue larga
Un dia de agosto, tan hermoso que parecia de oro, la luna llena saludo a la sirena y esta se puso a cantar, la luna era tan grande ese dia, que parecia un segundo sol y ese dia, mientras dejaba fluir su voz, una sombra la cubrio, en una jaula de cuerda la apresaron y la dejaron presa en esa red como un trofeo...
Bella, bella como era se marchito como las rosas , se deshojaba como las amapolas breves como la primavera, pero cuando la luna volvio a salir, ella siguio cantando y entonces, el capitan del barco que la apreso, un hombre que queria demostrar que podia atrapar a esa alma, fue a verla. Al mirarla de ella surgio la mas bella risa...era el...el joven pescador, ahora con cabello mas plateado y en su rostro surcos de la edad, pero para ella tan hermoso como el primer dia.
Abrio sus labios para cantar, a si se presento, a si le dijo quien era. El quiso devolverla al mar, pero ella sonrio y poco a poco su cuerpo se hizo agua, el agua se derramo callendo al mar como grandes lagrimas que surgian de ese barco, nadie jamas pudo verla mas, nadie supo mas de ella, solo se sabe que un joven marino, encontro una hermosa caracola, alargada como una lagrima, y al poner su oreja en ella, pudo escuchar su melodia, la melodia del mar...
Todos dicen que en las caracolas se puede escuchar el mar y es cierto, mas yo pienso que la bella sirena amiga de la luna, al derramarse brindo su voz a todas las caracolas, a si jamas seria olvidada, siempre que escuchamos una caracola, oimos su bello susurro como un mensaje del mar que queda guardado, el canto de sirena...
