sábado, 20 de junio de 2015

El amante del lago

El me vio entre los arbustos, yo le vi a través de las aguas, mis ojos se posaron en los suyos y recibi su sonrisa, el no sabia que era, no me temía, no desconfiaba simplemente estaba a mi lado.

Día a día se presentaba junto a mi en el lago y me observaba, día a día me sonreia y yo me deleitaba con su visión. ..Sus ojos traviesos como la miel se paseaban día a día mirándome casi de forma descarada, sus cabellos dorados, rizados como rayos de sol cayendo por su frente, era hermoso...

Al pasar los días escuche su voz, me contaba sus sueños y me hablaba de su vida, miraba como mi cuerpo terminaba en el lago fundiéndose en el, pero no me preguntaba, solo me sonreia. Las visitas se hicieron costumbre y el joven se hizo hombre, pero nada cambiaba, sus ojos de miel seguían recorriendome y sus rizos dorados seguían intrigandome,  deseaba tocar su cabello, acariciarlo, pero tenia miedo, miedo de tocarlo y no soltarlo, de llevarle conmigo hasta mi mundo y no dejarlo volver jamás,  pero en el ese miedo no existía y sin preguntas se adentro en el lago, apoyo su cabeza en mi regazo y mis manos de agua acaricie ron sus cabellos. Los recorrí,  una y otra vez, los disfrute, enrede sus rizos en mis dedos húmedos y sentí como suspiraba y susurraba:

-te amo dama de agua...

Volvió el día siguiente y yo extendí mis manos hacia el, casi como una necesidad, como un bebé que reclama el regazo de su madre, yo reclama abrazarlo, sentía su rostro en mi cuerpo y mis manos recorrían sus cabellos, su espalda y su rostro, mientras seguía escuchando sus susurros:

-te amo dama de agua- decía suavemente,  mientras sus cabellos secos se humedecida con mi contacto, pero a el no le importaba.

Aunque la lluvia cayera, el sol quemará o la nieve teñir mi cuerpo, siempre día tras día el me abrazaba, recuerdo que en invierno hasta podía sentir su cuerpo temblar y teñirse sus labios de azul, todo lo soportaba, solo para abrazarme, pero el frio era un muro entre los dos y por primera vez, le hable, mi voz le susurro ahora a el:

-ven en primavera, el primer día que las flores despierten- y me adentre en el lago, deje que el hielo, me vistiera y me encerrar a en su escarcha, sabia que el no sobreviviría a la frialdad, así que decidí esperarlo, decidí derramar lágrima tras lágrima al escucharle golpear el hielo, pero no aparecí,  no hasta que mi cuerpo volvió a ser agua, hasta el día que la campanilla  abrió sus pétalos y allí estaba el...

El frío se había marchado, y de nuevo mis brazos se extendieron para recibirle y ese día le deje adentrarse del todo en el lago, deje que sus manos recorrieran mi cuerpo de piel y agua, bebieran de mi y en ese momento lo decidí,  el seria mio, para siempre...

El día de san juan, le espere en la noche, volvió a adentrarse en el lago, en mi, recibí su sonrisa y su aliento, pero esta vez al abrazarlo, le aferre tan fuerte que lo adentre al fondo del lago, solo tenia que llevarlo conmigo, adentrarlo y no dejar que jamás volviera a su mundo, ahora seria solo mio, no habría invierno que nos separase, nunca nos separa riamos.  Pero mientras lo llevaba conmigo, sentía que no sería el mismo, no tendría su sonrisa, y sus ojos ya no serían de miel...seria como yo, un ser de agua, y yo adoraba su humanidad,  su cabello enmarañado,  su forma de temblar, sus piel arrugandose con el agua...le solté

Sentí el dolor más grande, sentí como se me escapaba la vida mientras el me buscaba entre las aguas, mientras escuchaba gritarme,  rogar me,  pero no aparecí más ante el...

Día tras día veía sus cabellos mojarse en el agua del lago, le veía buscarme, llorar, golpear el agua, mientras yo apenas podía resistir salir del lago y adentrarle a el conmigo, pero no lo hice, el tenia que vivir en su mundo, no podia ser egoísta. ..

Pasaron años y supe que una bella mujer estaba a su lado, supe que ya no era mio, almenos no como antes. De nuevo llego el día de san juan, el no vino, vino una mujer de hermosos cabellos negros y ojos pardos, me miró y supe que el jamás le hablo de mi, la mujer solo buscaba un milagro de san juan, deseaba un hijo, concebir un hijo...un hijo de el. Me acerque a esta, y le di de beber de mis manos...nunca más volví a verla, pasaron los años y yo seguía en mi lago, el viento me susurraba sobre el, las aves me contaban de su vida y era feliz de saberlo feliz

Se olvido de mi...el viento dejo de hablarme sobre el, las aves callaron y nadie se acercaba al lago, porque una bruja habitaba en el. Sólo un día después de años alguien se acercó,  era una joven, tenia los cabellos dorados y rizados, una risa traviesa y mojo su rostro en mis aguas, sonreí porque supe quien era, su hija, la que yo misma ayude a concebir y esta al marcharse me grito:

-te quiero madre de agua...

Nunca más he conocido a ser al que amar más que a el, pero el amor no es egoísta,  no es posesivo, ya nadie se acuerda de mi,pero no me importa, yo siempre recordaré al amante del lago